martes, 26 de junio de 2018

Una vida rápida.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

¿Cuántas veces nos sentamos a meditar sobre nuestra vida? Muy por lo general estamos tan saturados de trabajo y compromisos que olvidados lo importante; olvidamos meditar en el Señor y su poder, olvidamos disfrutar las bendiciones que Él derrama sobre nuestra vida a cada instante por estar pensando en el mañana;  la porción del Pan diario del día de hoy nos invita a hacer un alto en el camino; te invito a leer conmigo:

Mateo 6:25-34 (DHH)

25 »Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? 26 Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! 27 En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?

28 »¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. 29 Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. 30 Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! 31 Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Con qué vamos a vestirnos?” 32 Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. 33 Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. 34 No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.

En este día toma tu tiempo para disfrutar cada instante, medita que este día es único y no se repetirá; analiza que el Padre desea tu bienestar y disfruta de sus bendiciones.

Oremos: amado Padre, Dios proveedor; Dios de amor y bondad; gracias porque siempre tienes cuidado de nosotros y deseas que vivamos en armonía, paz y gozo; gracias porque deseas proveer nuestras necesidades y siempre tienes cuidado de nosotros; ayúdanos, en el nombre de tu amado Hijo te lo pedimos, para disfrutar tus bondades y misericordias recordando alabarte a cada instante; aun en medio de la tormenta sabemos que podemos estar confiados en ti, amén.

Pido al Padre que este hermoso martes tu vida sea colmada de bendición y paz; que seas guardado de todo mal y que disfrutes este día que te regala el Señor.

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