Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.
¡Qué hermoso es recibir de Dios tanto amor, bondad y misericordia!, vemos su mano sobre nosotros a cada instante y podemos sentir el maravilloso poder y amor sobre nuestras vidas a cada instante y eso reconforta nuestro espíritu diariamente; la porción del Pan diario del día de hoy nos da una instrucción respecto a cómo debemos tratarnos los unos a los otros y lo que debemos hacer cada día; te invito a leer conmigo:
Mateo 10:8 (RVR1960)
8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
El poder que el Padre nos otorga a través de su Santo Espíritu es maravilloso y muchas veces nos somos capaces de entender lo que nos otorga como bendición para poder bendecir a otros; debemos entender que todo lo que hemos recibido de gracia igualmente debemos darlo de gracia a los demás, ¿Cómo? La respuesta es sencilla: debemos orar los unos por los otros de todo corazón pidiendo al Señor que opere en cada persona de acuerdo a su necesidad.
Nunca debemos olvidar lo que se nos dice en Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” (RVR1960) La oración es un arma sumamente poderosa la cual debemos utilizar siendo sensibles a las necesidades de los demás, en la oración debemos demostrar ese amor pidiendo al Señor que opere en los demás cada día.
Te invito en este momento a que juntos elevemos una oración delante del Trono de nuestro Padre: amado Señor, en este día nos presentamos delante de ti para pedir por aquellas personas que están pasando sufrimiento, dolor y angustia; te pedimos que tu pongas tu mano de sanidad en cada uno; que tu suplas las necesidades de los demás y operes en cada vida; en el nombre de Jesucristo te damos las gracias porque sabemos que tu escuchas la oración de tus hijos, amén.
Pido al Padre que este hermoso viernes seas colmado de paz y bendición y que la poderosa mano del Señor sea sobre tu vida.
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