miércoles, 20 de junio de 2018

En medio del fuego.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

¿Cuántas veces hemos estado en situaciones tan apremiantes que sentimos arder todo a nuestro alrededor? No sé si te ha sucedido que estas en lugares sumamente complicados y el ambiente es tan hostil que se siente el calor del odio;  la porción del Pan diario del día de hoy nos habla de cómo vencer estas situaciones; te invito a leer conmigo:

Daniel 3:15-17 (DHH)

15 ¿Están ustedes dispuestos, tan pronto como oigan la música, a inclinarse ante la estatua que yo he mandado hacer, y adorarla? Porque si no la adoran, ahora mismo serán arrojados a un horno encendido; y entonces, ¿qué dios podrá salvarlos?

16 —No tenemos por qué discutir este asunto —contestaron los tres jóvenes. 17 Nuestro Dios, a quien adoramos, puede librarnos de las llamas del horno y de todo el mal que Su Majestad quiere hacernos, y nos librará.

Si al igual que estos tres jóvenes somos fieles a nuestras creencias, y ponemos a Dios por sobre toda situación, no importa que estemos en medio del fuego del mundo porque Dios mandará a su Ángel que nos libre de las llamas; podemos estar en medio del más arduo calor pero estaremos bajo la cobertura del Altísimo.

Nuestra fidelidad a Dios y sus mandatos son los que marcan la diferencia entre la seguridad y el arder en llamas; es la fidelidad a Dios la que nos lleva a nuevos niveles de confianza y paz; si deseas llegar a ese nivel debes entonces comenzar a leer y escudriñar la Palabra para saber cómo actuar en toda situación, solo así podrás crecer y tu fe llevará fruto.

Te invito a que juntos nos presentemos en oración delante de nuestro Padre: amado y glorioso Señor, Dios omnipotente, Dios soberano; sabemos que eres poderoso para librarnos de todo mal; sabemos que solo demandas de nosotros fidelidad y obediencia y por ello queremos pedirte, en el nombre de tu amado Hijo, que nos ayudes y fortalezcas cada día más a través de tu Palabra; que tu Santo Espíritu nos de la revelación de ella que necesitamos siempre; amén.

Pido al Padre que en medio de toda circunstancia puedas ver la poderosa mano del Señor en tu vida; que seas guardado de todo mal y que la luz de la esperanza nunca deje de resplandecer en tu vida.

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