Dominio.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Que hermoso tener un Padre poderoso al cual responde todo; es hermoso saber que Él tiene siempre cuidado de nosotros y provee todo, absolutamente todo lo que necesitamos a cada instante;  la porción del Pan diario del día de hoy nos habla de lo que Jesucristo nos dice respecto a este tema; te invito a leer conmigo:

1 Pedro 5:6-7 (RVR1960)

6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Cuando nos humillamos y reconocemos el dominio de nuestro Padre sobre nosotros vamos a poder ver como Él opera en nuestras vidas trayendo bendición y vida eterna; si no reconocemos su majestad y dominio entonces estaríamos caminando bajo nuestra propia voluntad y eso siempre trae consigo mal porque nuestra mente limitada no puede tomar siempre las decisiones acertadas; debemos reconocer la necesidad de que un Ser Supremo, maravilloso, bondadoso y santo sea quien dirija nuestras vidas.

Recordemos que la tierra, el cielo y todo lo que nos rodea proclaman la grandeza y majestad de nuestro Dios; todos ellos son testigos de su soberanía y amor, dominio y poder, toda majestad es suya y por eso debemos tomar la mejor decisión: dejar en sus manos todo aspecto de nuestras vidas.

Te invito a orar conmigo: amado, glorioso, poderoso y amoroso Padre; en este día nos presentemos delante de ti en el nombre de tu amado Hijo para reconocer que eres excelso, que eres soberano y que fuera de ti no hay nada; queremos agradecerte por tus infinitas bondades y el gran amor que nos demuestras a través de todo lo que nos rodea; reconocemos tu señorío y por eso te pedimos que seas tú quien guie todo aspecto de nuestras vidas; amén.

Pido al Padre que este hermoso jueves seas colmado de bendición eterna, que seas guardado de todo mal y siempre, siempre puedas sentir el amor de Dios alrededor tuyo.