lunes, 18 de junio de 2018

Esperanza.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Cuando sembramos el paso siguiente a la siembra es complicado muchas veces; luego de la siembre debemos esperar el frutos, esa espera es difícil porque deseamos recibir rápidamente lo que sembramos; la porción del Pan diario del día de hoy nos habla de este proceso; te invito a leer conmigo:

Salmos 42:11 (RVR1960)

11 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

¿Qué relación tiene este pasaje con lo que estamos hablando? Todo; la Palabra es clara cuando nos dice en Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. Este pasaje nos enseña que absolutamente todo lo que hacemos es una siembra que hacemos y que el Señor es quien nos paga.

Muchas veces esperamos los réditos por parte de las personas pero en realidad nuestra esperanza no debe estar en los demás seres humanos; al igual que el salmista debemos decirle a nuestra alma: “espera en Dios, porque aun he de alabarle”, si así lo hacemos entonces veremos que en el momento oportuno recibimos del Padre de toda gracia la recompensa a nuestros actos; ni tarde ni temprano; Él siempre llega en el momento oportuno.

Te invito a seguir confiando en el Señor, recuerda que Él es justo y siempre cumple su Palabra; oremos: amado y glorioso Señor; gracias porque nos das la oportunidad de servirte con todo nuestro ser; gracias porque nos bendices y esa bendición la podemos utilizar para bendecir a otras personas; te alabamos porque sabemos que siempre recibiremos de ti, en el momento justo, lo que necesitamos cuando sembramos con amor; enséñanos cada día, en el nombre de tu amado Hijo te lo pedimos, a ser pacientes para ver tu poderosa mano operando en nuestras vidas; amén.

Pido al Padre que te bendiga y te guarde; que haga resplandecer su rostro sobre ti y que encuentres paz en medio de toda situación; feliz lunes mi amad@ amig@.

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