Separados.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Que hermoso es saber que nuestro Padre tiene cuidado de nosotros, esa es una de las más bellas promesas que recibimos cuando pasamos a ser sus hijos e hijas; la porción del Pan diario del día de hoy nos relata parte de una hermosa historia; te invito a leer conmigo:

Éxodo 8:23 (DHH)

23 Haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Esto tendrá lugar mañana.”

Cuando el Señor libertó al pueblo de Israel de mano de los egipcios envió una serie de plagas para demostrar su poder ante los dioses de los egipcios; cuando el Señor lo hizo siempre cuido a los habitantes de la tierra de Gosén, allí en esta tierra era donde el mismo faraón, en los tiempos de José, ubicó a los hijos de Israel; Dios desde el inicio sabía lo que vendría y por eso proveyó al pueblo escogido de la tierra de abundancia que iban a necesitar; lo mismo sucede con nosotros hoy en día.

Nuestro Padre nos ama tanto que nos provee de lugares privilegiados en los cuales recibimos su amor, misericordia y bondad; en los tiempos de crisis podemos ver su mano librándonos de lo malo que nos rodea; puede haber hambre, muerte, desesperación o demás, pero nosotros los hijos e hijas podemos vivir confiados en la promesa que el Señor nos da de proveernos lo que necesitamos cada día.

Te invito a orar: amado Padre, Dios omnipotente y soberano; te queremos dar gracias porque siempre estas al cuidado de nosotros, gracias porque nos libras del mal y nos guías cada día en tierra de bendición y paz; en el nombre de tu amado Hijo te alabamos y glorificamos por tu infinita misericordia al extender tu mano y librarnos a cada instante del mal, amén.

Pido al Padre que este hermoso domingo veas la misericordia del Señor sobre ti, que seas guardado irreprensible de todo mal y siempre seas bendecido conforme a Su voluntad.