Siempre contigo.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Cuantas veces nos sentimos solos o desamparados por las adversidades que enfrentamos; muchas veces nos sentimos perdidos en medio de la oscuridad y, principalmente cuanto estamos en tribulación, necesitamos una palabra de aliento para poder continuar; la porción del Pan Diario del día de hoy nos da un refrescamiento en el alma, te invito a leer conmigo:

Isaías 43:2 (RVR1960)

2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

El Señor en su inmensa misericordia nos da una poderosa promesa a la cual debemos aferrarnos en fe y entender que nos promete estar con nosotros si se lo permitimos; muchas veces no permitimos que el Señor está a nuestro lado con nuestras actitudes de incredulidad, desafío o desconfianza; debemos entender que Dios opera en nuestras vidas hasta donde nosotros se lo permitimos porque Él es caballero y respeta nuestras decisiones, aun cuando sepa que estamos equivocados.

Debemos pedirle al Señor que siempre nos acompañe y permitirle obrar en nuestras vidas, darle todo nuestro ser para que se mueva con entera libertad y pueda así guiarnos por el mejor camino; desarraiguemos nuestra mente de un pensamiento arrogante y autosuficiente y seamos sumisos a su voz y consejos.

Te invito a que elevemos una corta oración delante del Trono de nuestro amado Padre: poderoso y soberano Dios, Dios omnipotente, creador de todo lo que existe; a ti sea la alabanza, honra y gloria por todos los siglos; perdona nuestra incredulidad y arrogancia y ayúdanos a ser dependientes de ti para ver tu poderosa mano operando a nuestro favor; en el nombre de Jesucristo te lo pedimos, amén.

Pido al Padre que este hermoso miércoles seas guiado y guardado de todo mal por medio del Espíritu Santo, que seas bendito en todo momento y que siempre el amor perfecto de Dios crezca en tu corazón.