martes, 17 de abril de 2018

Cambia el discurso.



Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Es innegable el poder de la mente y de la palabra, es increíble ver el poder de lo que decimos; la porción del Pan Diario del día de hoy nos habla sobre algo que un elemento clave para poder avanzar cada día, te invito a leer conmigo:

Joel 3:10 (RVR1960)

10 Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.

Si dices que eres pobre, serás pobre; si dices que estas enfermo, serás un enfermo; si dices que estás condenado, estarás condenado; si dices que eres rico, serás rico; si dices que estás sano, serás sano; en fin, en poder de nuestra mente y de  nuestra boca se complementan tanto que hay enfermedades que se manifiestan por el poder de un pensamiento, luego que se cree en ese pensamiento nuestro cuerpo reacciona y en verdad se enferma y si no caemos en razón y cambiamos nuestro discurso podemos terminar muertos.

Así es la vida del creyente, cuando dice que es imposible que deje el vicio entonces morirá en el pecado; cuando dice que no puede dejar de odiar, morirá odiando; cuando lamenta su situación y dice ser desdichado, toda la vida será desdichado. Por eso es importante lo que nos dice las Escrituras: diga del débil: fuerte soy; así iniciará un cambio de mentalidad que llevará a una transformación interna y externa de nuestro ser; inicia hoy mismo.

Te invito a que juntos nos presentemos delante del Trono de nuestro Padre en oración: amado Padre de todo poder, dominio y majestad, en este día te damos infinitas gracias por todo lo que nos das porque sabemos que somos bendecidos cada día por medio de tu amor y generosidad; perdónanos por las veces que nos hemos sentido desdichados e incluso hemos llegado a hablar mal; ayudamos, en el nombre de tu amado Hijo te lo pedimos, a que comencemos a llamar las cosas que no son como si lo fuesen, a cambiar nuestro discurso y que este se convierta en alabanza continua para ti, gracias amado Padre, amén.

Pido al Padre que este hermoso martes inicie una transformación en tu vida y seas agradecido por todo lo que tienes; eres abundantemente bendecido y por ello debes agradecer al Señor, que esas ricas bendiciones sigan siendo sobre tu vida.

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