Huesos.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Muchos pasajes de la Palabra son sumamente poderosos y es necesario que sean analizados a profundidad porque poseen en si mucha sabiduría, la porción del Pan diario del día de es un ejemplo de estos pasajes; te invito a leer conmigo:

Ezequiel 37:1-3 (DHH)

37 El Señor puso su mano sobre mí, y me hizo salir lleno de su poder, y me colocó en un valle que estaba lleno de huesos. 2 El Señor me hizo recorrerlo en todas direcciones; los huesos cubrían el valle, eran muchísimos y estaban completamente secos. 3 Entonces me dijo: «¿Crees tú que estos huesos pueden volver a tener vida?» Yo le respondí: «Señor, sólo tú lo sabes.»

El valle de los huesos secos representa para nosotros el mundo, en el vemos personas muertas espiritualmente hablando, personas que han perdido su fe y que viven solo por la carne; esas personas que muchas personas desprecian por su estilo de vida y que muchas veces son incluso marginados de la sociedad.

Esas personas para Dios son un poderoso instrumento cuando permiten que el Espíritu Santo opere en las vidas de cada uno y son llenos del poder de Dios; no hay nada más impactante que escuchar los testimonios de las personas que en otro tiempo estaban atrapadas por la droga u otra atadura del mundo y que por el poder del Señor han sido liberados; literalmente han vuelto a la vida por el poder de Dios.

Cuando mires una persona que está atada por algo entonces imagina que esa misma persona puede ser un guerrero en las manos de Dios, nunca pierdas la esperanza de que el Señor restaure a esa persona porque nada es imposible para Él. Oremos: amado y poderoso Señor, sabemos que eres el Dios de los imposibles y que todo está bajo tu voluntad, en este día te pedimos por las personas que están muertas en vida atadas por diversas circunstancias en la vida; sabemos que tienes el poder para restaurarles y usarles para ti gloria y honra, amén.

Pido al Padre que este hermoso jueves seas guardado de todo mal y bendecido en gran manera.