martes, 22 de mayo de 2018

Paz.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Ayer te hablaba sobre las fuerzas que recibimos del Señor cuando le ponemos en primer lugar en nuestra vida; otro punto que no debemos dejar de hablar y recordar es el de la paz, esa paz verdadera que solo nuestro amado Padre nos puede regalar; la porción del Pan Diario del día de hoy nos recuerda es gran promesa, te invito a leer conmigo:

Salmos 29:11 (RVR1960)

11 Jehová dará poder a su pueblo;
Jehová bendecirá a su pueblo con paz.

La verdadera paz, esa paz que no logramos expresar con palabras porque nuestro lenguaje no es capaz de externar, solo se alcanza cuando estamos en la presencia de nuestro Padre; cuando estamos bajo su cobertura sabemos y confiamos que nada ni nadie nos podrá separar de su infinito amor; sabemos que es nuestro proveedor por lo que no tendremos temor a la escasez; sabremos que Él es nuestro sanador por lo que no temeremos a la enfermedad; sabemos que siempre nos ama y por eso no temeremos a la soledad; sabremos que siempre nos dirige por lo que caminaremos confiados.

Si no has experimentado la paz verdadera; si todavía no has sentido en tu vida el poder, la gracia y la misericordia del Señor, solo debes disponer tu corazón y comenzar a creer en sus promesas, primeramente debes saber que debes ser su hijo o hija para poder ser partícipe de esas maravillosas promesas; si deseas saber cómo lograrlo entonces te recomiendo leer Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (RVR 1960)

Te invito a que en este momento nos presentemos delante del Trono de nuestro Padre en oración: amado y poderoso Dios; creador de todo y todos; en este día queremos darte las gracias porque nos amas con un amor eterno y maravilloso; ese amor puro y santo que desea nuestro bienestar cada día; te damos gracias porque nos das la oportunidad de experimentar la verdadera paz, esa paz que el mundo no puede dar; en el nombre de tu amado Hijo te pedimos que nos ayudes a caminar confiados dándonos revelación de tu Palabra a través de tu santo Espíritu, amén.

Pido al Padre que este hermoso martes seas colmado de paz y gozo y que puedas caminar tranquilo de la mano del Señor; te bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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