Espera.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Miles de promesas tenemos en la Palabra y cada una de ellas se cumplirá en nuestra vida si somos obedientes a lo que nos dice nuestro Padre; la porción del Pan Diario del día de hoy nos habla de la más grande promesa que el Señor nos ha dado, te invito a leer conmigo:

Habacuc 2:3-4 (RVR1960)

3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.

Cuando el Señor da una visión con promesa entonces debes confiar con todo el corazón de que llegará en el momento que el Padre considere sea el adecuado, y la mayor promesa que el Señor nos ha dado es el regreso de Jesucristo por su pueblo y muchas veces perdemos la perspectiva por lo malo que hay en el mundo; debemos cuidar nuestra mente para que no se desvíe del plan original de nuestro Padre y confiar en que Él regresará por nosotros. Sin importar cuanto tiempo pase, debemos siempre esperar pacientemente y creer, creer que el Señor no retarda nunca su promesa porque siempre vendrá en nuestro auxilio.

Te invito a que juntos elevemos una corta oración delante del Trono de nuestro Padre: amado y glorioso Señor, gracias te damos porque sabemos que eres fiel a tu Palabra y todo lo que en ella está se ha de cumplir; sabemos que tu venida esta cerca y que veremos tu gloria en el cielo, ayúdanos a esperar pacientemente y corriendo la buena carrera para llegar a la meta y poder gozarnos contigo por la eternidad. En el nombre de tu amado Hijo te damos las gracias, amén.

Pido al Padre que este hermoso lunes seas colmado de bendición y paz; que seas guardado de todo mal y que el Señor sea tu socorro en toda circunstancia.