jueves, 24 de mayo de 2018

Jesús en nuestra barca.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

La vida es un viaje lleno de momentos hermosos en los cuales agradecemos al Señor por cada momento maravilloso que nos regala al lado de nuestros seres amados; hay otros momentos sumamente difíciles en los cuales sentimos como somos golpeados por las fuertes olas de la vida y muchas veces sentimos que vamos a naufragar en el mundo; nos sentimos exhaustos y no deseamos seguir adelante; es precisamente en ese momento en que necesitamos reconocer nuestra debilidad, te invito a que nuevamente veamos una porción del Pan diario que nos alimenta para poder continuar adelante, te invito a leer conmigo:

Mateo 8:26-27 (DHH)

26 Él les contestó:—¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes!
Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo. 27 Ellos, admirados, se preguntaban:—¿Pues quién será éste, que hasta los vientos y el mar lo obedecen?

Cuando Jesús controla nuestra barca no hay tormenta tan grande que pueda destruirnos, cuando le damos la rienda de nuestra vida tendremos al mejor conductor de todos, cuando creemos en  que todo lo puede hacer vamos  a ver su poderosa mano operando en nuestras vidas a cada instante sin importar lo grande que se levanten las olas que arrecien contra nuestras vidas: dolor, angustia, sufrimiento, enfermedad…todas esas olas que intentan doblegar nuestra fe y llevarnos a lo profundo del abismo son controladas por su poder.

Te invito a que en este momento reflexionemos sobre esa maravillosa sensación de seguridad que nos da saber que Jesús está en nuestra barca y que nos lleva a buen puerto; ye invito a que juntos nos presentemos en oración delante del Trono de nuestro amado Padre: amado y glorioso Señor, gracias te damos por tu gran amor, gracias porque enviaste a tu Hijo para mostrarnos el camino a ti; gracias porque podemos sentir consuelo a través de tu amor y bondad y sabemos que has prometido, a través de tu Hijo, que siempre estarás con nosotros a través del maravilloso Espíritu de Verdad y Justicia, gracias amado Padre porque sabemos que si se levantan olas fuertes, si el viento arrecia y sentimos que no podemos más, podemos  en ese momento acudir a ti por medio de tu Hijo Jesucristo, y encontramos calma en la tempestad, consuelo en el dolor, sanidad en la enfermedad y fortaleza en nuestras debilidades; gracias amado Padre, en el nombre de tu amado Hijo, amén.

Pido al Padre que este hermoso jueves seas colmado de paz en tu mente, amor en tu corazón y de fortaleza en tu vida; que la gracia y amor del Padre sea derramada sobre ti a cada instante. Bendecido día mi amad@ amig@.

No hay comentarios:

Publicar un comentario