sábado, 11 de agosto de 2018

Regocijo.

Todos hemos tenido momentos de gran alegría; momentos en que nos sobrecoge un regocijo indescriptible por las situaciones que nos suceden; en ese momento las palabras muchas veces no bastan para poder expresar esa alegrías que hay en nuestro corazón. La porción del Pan diario del día de hoy nos habla de un maravilloso momento que vivió nuestro amado Maestro, te invito a leer conmigo:

Lucas 10:21 (RVR1960)

21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.

Cuando experimentamos esos momentos de gran gozo en la bonanza debemos alabar a nuestro Dios por su amor y bondad; sin embargo, debemos entender que todo, absolutamente todo lo que nos sucede es por bendición de Dios; aun en los momentos de adversidad debemos estar gozosos porque todas las cosas nos ayudan a bien (Romanos 8:28); todo es para nuestro crecimiento y por eso debemos estar gozosos en todo momento.

Oremos: amado Padre nos gozamos en este día delante de tu presencia porque eres bueno y nos amas con ese amor eterno; gracias por tu Hijo porque nos das la vida eterna a través de él; gracias por tu Santo Espíritu porque es nuestra guía, amparo y fortaleza en todos momentos; no podemos más que alabarte y regocijarnos en ti; gracias amado Padre, en el nombre de tu amado Hijo, amén.

Pido al Padre de todo amor que en este hermoso sábado tu vida sea colmada de enormes bendiciones; que siempre seas guardado de todo mal.

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