sábado, 24 de marzo de 2018

La honra que Dios pide de sus hijos.

Honra.

Buen día mi amado amigo, mi amada amiga, que la gracia del Padre, el amor del Hijo y la comunión del Santo Espíritu este sobre tu vida, que el Espíritu Santo nos de revelación de la Santa Palabra.

Diariamente reclamamos las promesas de nuestro Padre, muchas veces somos ingratos al no aceptar que debemos poner de nuestra parte y obedecer su poderosa voz; la porción del Pan Diario del día de hoy habla sobre un reclamo que el Padre nos hace, te invito a leer conmigo:

Malaquías 1:6-8 (DHH)
6 El Señor todopoderoso dice a los sacerdotes: «Los hijos honran a sus padres, y los criados respetan a sus amos. Pues si yo soy el Padre de ustedes, ¿por qué ustedes no me honran? Si soy su Amo, ¿por qué no me respetan? Ustedes me desprecian, y dicen todavía: “¿En qué te hemos despreciado?” 7 Ustedes traen a mi altar pan indigno, y preguntan todavía: “¿En qué te ofendemos?” Ustedes me ofenden cuando piensan que mi altar puede ser despreciado 8 y que no hay nada malo en ofrecerme animales ciegos, cojos o enfermos.» ¡Vayan, pues, y llévenselos a sus gobernantes! ¡Vean si ellos les aceptan con gusto el regalo!

Es tiempo de calidad no que nuestro Padre demanda de nosotros, sus sacerdotes, demanda que le demos la mejor de las alabanzas cada día; demanda que seamos obedientes a su voz, Él demanda que le amemos con todas nuestras fuerzas; Él no pide en este tiempo sacrificio de animales ni granos, lo que nos pide son ofrendas de alabanza que glorifiquen su Santidad; ahora bien, debemos ver si lo que le ofrecemos es lo mejor de lo mejor o solo le estamos dando lo que nos sobra, lo malo o aquello que nadie quiere oír como cuando llegamos en momentos de oración con quejas.

Mi amado amigo, mi amada amiga, el Padre nos ama y desea que pasemos tiempo de calidad con Él leyendo Su Palabra, orando y meditando lo que Él desea que hagamos; saquemos en el día un espacio para alabarle por sus mucha maravillas.

Mi consejo en este día es: entremos delante de la presencia de nuestro Padre con gozo sabiendo que Él desea que le alabemos y glorifiquemos por lo que ha hecho, hace y hará.

Te invito a que aprovechemos este momento para entrar delante de la presencia de nuestro Padre en oración: amado Señor, sabemos que somos malagradecidos muchas veces contigo, bien haces en reclamarnos porque no te damos lo mejor, eres un Padre justo y sabemos que cuando reclamas algo de nosotros es porque verdaderamente te fallamos; perdónanos en el nombre de tu amado Hijo y ayúdanos a que brote en nuestro corazón un agradecimiento genuino por lo que haces en nuestras vidas, que eso lleve a que te demos alabanza y honra siempre; amén.

Pido al Padre que este hermoso sábado seas marcado con la dulce presencia del Espíritu Santo, que siempre seas bendito con toda bendición espiritual y material en Cristo Jesús.

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